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20 septiembre 2011

 

Hiperhidrosis: mal de muchos, consuelo de pocos

Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética (SEMCC)

 

Efectivamente la hiperhidrosis es mal de muchos. Se estima que la padece el 3% de la población, es decir más de 1 millón de españoles.

 

En más del 50% de los casos se trata preferentemente de hiperhidrosis axilar. Realizando una evaluación con la "Hyperhidrosis Disease Severity Scale" (escala de severidad de la hiperhidrosis) en más del 30% de estos pacientes con hiperhidrosis axilar, la sudoración les resulta difícilmente tolerable o simplemente intolerable y compromete sus actividades habituales.

 

Según el "Dermatology Life Quality Index" (índice de calidad de vida dermatológico), que puntúa de 0 a 30 siendo 30 la peor calidad de vida en relación con enfermedades de la piel, resulta que las dos patologías con mayor puntuación son la hiperhidrosis palmar y axilar, con puntuaciones medias de 18 y 17 respectivamente.

 

En el caso de la hiperhidrosis axilar, el 72% de los pacientes manifiesta sentir menos confianza en si mismo, el 49% se declara infeliz y deprimido, el 45% ha tenido que cambiar sus actividades de ocio y el 30% se siente incómodo simplemente en sus actividades diarias.

 

En el caso de la hiperhidrosis palmar el porcentaje de pacientes que se sienten incómodos simplemente en sus actividades diarias sociales y laborales se eleva al 95%, y el 40% desarrollan trastornos psicológicos.

 

“Resulta ciertamente curioso que, sin embargo, el 70% de los pacientes con sintomatología no acuden al médico”, indica el Dr. J. Víctor García, Presidente de la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética; y apostilla “probablemente porque desconocen que se trata de una patología con soluciones muy eficaces y seguras.”

 

¿Qué es la hiperhidrosis?

La sudoración es un fenómeno normal en los seres humanos; es fundamentalmente un mecanismo de termorregulación porque permite desprendernos de calor corporal mediante la evaporación de agua (un 90% del sudor es agua) sobre la piel. Si no sudáramos nuestro cuerpo se recalentaría, especialmente después del ejercicio o en días muy calurosos.

 

En la naturaleza, los seres humanos son los animales más pequeños que sudan. Otros animales más pequeños, por ejemplo los perros, no pueden sudar y deben perder calor de otras maneras. En el caso de los perros jadeando: el movimiento de la lengua permite la evaporación de la saliva y logra el enfriamiento necesario de la sangre circulante.

 

Cuando la sudoración es excesiva, es decir se produce en mayor cantidad que la necesaria para mantener la regulación térmica normal, hablamos de hiperhidrosis.

 

En reposo y a temperatura ambiente se considera normal una producción de sudor menor a 1 mililitro por metro cuadrado de superficie corporal y por minuto. En condiciones extremas, un individuo puede producir hasta 3 litros de sudor por hora. En la hiperhidrosis la producción de sudor se duplica y hasta se triplica, y además (es lo más frecuente) de forma localizada: tercio superior de la cabeza, axilas, palmas y plantas.

 

El sudor lo producen las glándulas sudoríparas. Existen glándulas sudoríparas ecrinas que vierten su secreción directamente en la superficie cutánea, y glándulas sudoríparas apocrinas que lo hacen a través de los folículos pilosos. En el caso de la hiperhidrosis se trata de la secreción de las glándulas sudoríparas ecrinas.

 

La hiperhidrosis puede ser primaria (sin causa concreta conocida) o secundaria (a diversas enfermedades, a ciertas medicaciones, al consumo de sustancias tóxicas o de abuso, etc.). Y puede ser generalizada (en este caso suele ser secundaria), o localizada (en este caso suele ser primaria).

 

El 40-50% de los afectados tienen otro miembro de la familia con el mismo trastorno, por lo que debe considerarse una enfermedad con componente hereditario.

 

El diagnóstico se establece en base a la existencia de una sudoración excesiva durante al menos 6 meses, sin causa aparente, local, visible y con al menos 2 de las siguientes características:

 

- Bilateral y prácticamente simétrica

- Dificulta las actividades diarias

- Frecuencia: al menos 1 episodio por semana

- Edad de comienzo: menos de 25 años

- Historia familiar positiva

- Cesación de la sudoración local durante el sueño

 

Tratamiento

El Dr. García es categórico cuando indica que “existen dos reglas de oro:

- El tratamiento debe ser diferente según el área afectada

- Y debe comenzar por el tratamiento menos invasivo

 

A día de hoy los tratamientos por vía sistémica prácticamente no se utilizan porque tienen muchos efectos secundarios; en cualquier caso, sólo servirían para la hiperhidrosis generalizada.

 

La primera opción terapéutica recomendable son los antitranspirantes locales de prescripción médica; incluso algunos deben ser preparados mediante formulación magistral. Son muy efectivos en hiperhidrosis axilar mientras se utilizan, pero exigen constancia y mantenimiento; por ello se producen más de un 65% de abandonos.

 

En hiperhidrosis palmar y plantar, una segunda opción terapéutica podría ser la iontoforésis. El tratamiento consiste en la inmersión (poca profundidad) de las zonas a tratar y el paso de una corriente galvánica (continua) de bajo voltaje a través de la piel. Se requieren sesiones diarias de 10-30 minutos, hasta que la sudoración disminuya mucho o desaparezca. El efecto sólo dura 3-4 meses, y exige un mantenimiento mensual; por ello, también en este caso, se producen más de un 65% de abandonos.

 

Si la iontoforésis fracasa, no satisface o simplemente no es posible en hiperhidrosis palmar o plantar, o en el caso de hiperhidrosis axilar, la siguiente opción terapéutica es la toxina botulínica. Cabe recordar que en España el único medicamento autorizado para el tratamiento de la hiperhidrosis es Botox® y que la indicación autorizada (ficha técnica) es la hiperhidrosis axilar severa.

 

El tratamiento se realiza bajo anestesia tópica y consiste en la infiltración del medicamento en la fosa axilar justo por debajo de la piel. El tratamiento es eficaz en más del 95% de los pacientes. El resultado aparece a partir del 2º-4º día y dura de cuatro a seis meses, debiendo entonces repetirse el tratamiento; la mayor parte de los pacientes realizan dos tratamientos al año. En todos los casos, el grado de satisfacción es muy alto, la calidad de vida de los pacientes mejora muchísimo y se reduce el impacto de la enfermedad en su vida social, emocional y laboral

 

Finalmente, cuando la toxina botulínica fracasa o no es posible, cabe el recurso a la cirugía.

 

Si se trata de hiperhidrosis axilar, cabe la excisión/ablación local de las glándulas sudoríparas responsables: esto se realiza con anestesia local, con pequeños abordajes (incisiones de 1-2 cm) y con el curetaje/legrado mecánico (rascado) de la región subcutánea o curetaje/legrado asistido mediante láser o ultrasonidos; en la mayor parte de los casos, el procedimiento se completa con un pequeño aspirado del material tisular destruido.

 

Si se trata de hiperhidrosis palmar, debe practicarse una simpatectomía por videotoracoscopia. El procedimiento, que se realiza bajo anestesia general, consiste en la destrucción intratorácica selectiva de los ganglios simpáticos de los que depende la inervación de la región afectada. La eficacia es del 95-100% y el resultado es definitivo. Pero en el 60% de los casos existe una hiperhidrosis compensatoria, con sudoración profusa en abdomen, pecho, espalda y muslos, que aún así la mayoría de los pacientes aceptan como “tributo”.

 

Conclusión

La hiperhidrosis debe constituir un motivo de consulta médica, aunque sólo fuera para descartar que su origen pudiera ser alguna enfermedad sistémica.

 

Pero es que la hiperhidrosis idiopática puede tener un impacto negativo en la vida de las personas; como dijimos, puede causar aislamiento social (“me rechazan o yo me aparto”), depresión y ansiedad, puede complicar mucho el desarrollo de ciertas actividades profesionales que requieren especialmente de las manos (músicos, joyeros, médicos, etc.) o en las que la imagen sea importante (modelos, artistas, empresarios, políticos, camareros, etc.) por reflejar limpieza y/o seguridad.

 

A día de hoy, la existencia de tratamientos eficaces, seguros y la mayoría relativamente simples debiera animar a los pacientes que sufren esta enfermedad a ponerse en manos de un médico cualificado, que indicará el tratamiento más adecuado.

 

“Su calidad de vida mejorará mucho”, apostilla el Dr. García, y finalmente indica que “más allá de los tratamientos citados quienes sufran hiperhidrosis pueden tomar ciertas medidas preventivas tales como evitar el consumo de cafeína, alcohol y de alimentos picantes, evitar el uso de prendas de nylon o muy ajustadas, usar siempre calcetines, evitar el calzado sintético y optar por prendas blancas o negras para disimular las manchas ocasionadas por el sudor”.